20 de enero de 2009

El habla debe fluir



No tengo más remedio que
Reivindicar el flujo de las palabras
La efectiva humedad del habla
La conversación liberadora
La charla enriquecedora.

El presente está casi perdido
La soledad colmatada por la desidia
Nuestra costumbre imitativa de operar
Y la aterradora ausencia de empatía.

La comunicación interpersonal
casi ha desaparecido
diluida en la indiferencia hacia el otro.
Gritos ahogados, ruido para soslayar el vacío
Atasco emocional, hielo en la boca.

Obviamos hablar de nuestros sentimientos
Profundos, vitales, necesarios como el aire
No tienen cabida en este páramo
de cemento y metal, de velocidad y locura.
La sequedad petrifica nuestra lengua.

Si no podemos contar con el habla
con las confidencias, los secretos,
la acariciante música del corazón.
Si no manifestamos la emotividad,
la pasión que nos desborda
o escupimos la metralla de los verbos
que infartan nuestra mente ahogada
aquellos actos contundentes, definitivos
sin argumentos ni razones se impondrán
en otro lenguaje más irracional
donde la naturaleza en su crueldad
original se manifieste.

El habla debe fluir, aunque sea para mostrar
lo podrido, lo nauseabundo
que habita el interior de nuestra alma,
Los desechos, las derrotas que pesan,
Elegiremos la semántica antes que la víscera.

Pero el habla debe fluir,
al hoy debe seguir un mañana
de terapia reconfortante, un alivio
contra esa presión absurda, inasequible:
tanto escenario para tan breve texto.

Félix Menkar
31.3.2008
Del poemario inédito "Ofensas y dentelladas"

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