18 de diciembre de 2009

(H)eterodoxias


Menkar-crónicas
El pasado día 13 de diciembre se celebró sin excesivo aparato mediático en una tarde invernal y ante medio centenar de seres el 'Primer encuentro de poesía no ortodoxa' (H)eterodoxias (otra visión de la poétika) entre la performance y la poesía experimental con recursos multimedia, con alguna acción más escénica que poética a mi parecer, --son tiempos de transición-confusión, lo sabemos todos, pero quizás no esté de más puntualizar, afilar y poner una pizca de criterio, de sal y vinagre--.
El Encuentro en general fue diverso, algunas cosas ya bastante manidas y que aportan poco, otras sorprendentes; resumiendo, me pareció válido, me gustó en su conjunto, que se vayan poniendo las pilas otros encuentros similares, más académicos, menos independientes....
Se trataba de una clara exposición (in)decente, pero muy digna de ciertas propuestas que se están realizando en esta ciudad y con una invitada de Barcelona, alrededor de poéticas heterodoxas, nuevas líneas de expresión y de acción experimentales, mas allá del típico recital poético.
La noche comenzó con un breve presentación a cargo del organizador Eddie(J.Bermúdez) que apareció con su bata de letras y acabó cosida a la pared.
Le tocó romper el hielo a Pedro Verdejo, y su serie de polipoesía con temática africano-social, denuncia de injusticias, poesía para agitar conciencias, de coltan y desequilibrios, mostrar con sus juegos de palabras la realidad globalizada del HOY-AQUI. Muy buena puesta en escena, con sonido, textos-imágenes sincronizados y un climax narrativo adecuado, Verdejo con cada actuación se va haciendo grande, esa noche la bordó.
Le siguió Eddie que rellenaba los espacios entre actuantes con sus versos y/o pequeñas acciones. Eddie (J.Bermúdez) refuerza sus versos-concepto con una puesta en escena donde prima la provocación, la reflexión-inflexión, la sacudida, el grito, para que el espectador perciba como suya esa compulsión por el hecho poético, que el autor vive y padece intensamente.
La tercera fue Alicia Martínez, tuvo dos partes, una floja, otra intensa, la del escenario de abajo con la manzana y unos poemas tanto suyos como de otros, pues quedaron un poco desvalidos, enpequeñecidos en la negritud del espacio. En cambio cuando se situó en la parte de arriba leyendo un fragmento de los 150.000.000 de Enrique Falcón se creció y convenció. Alicia es polifacética, ecleptica, quiere tocar muchas teclas, y ya se sabe quien mucho abarca, poco aprieta.
A continuación apareció la invitada catalana, Magda Guillen, a la que ya había visto en el reciente 17ª Festival de polipoesía de Barcelona, repitió su “click sonate” un polipoema alrededor de la (in)comunicación cibernética, en esta ocasión apoyada por un video de Gonzalo Marcuzzi que se veía apresurado, sin acabar. Acompañó su actuación con varios poemas fonéticos de la vanguardia (...), no tuvo su día –la noche era gélida—y le faltó la chispa que tuvo en Barcelona.
Como sorpresa y antes del intermedio David Barberá realizó un soliloquio delirante publicitario, con su revista Bostezo, su imagen en porretas y un viaje como recursos recurrentes. Fue el espacio para el humor, la satira y el desenpalagar/desmistificar los anteriores discursos-seriales.
Tras la pausa, Eddie y Jesus Gé realizaron una accion breve con vasos y Alicia Martinez la segunda parte, la de arriba.
Le siguió Jesús Ge, claramente el más impactante, tiene buena voz, una impecable dicción, incluso con las palabras mas enrevesadas, maneja lo gestual, el ritmo y los tiempos del poema y además llega al publico, como se dice vulgarmente se come el escenario. Empezó con Huidobro y acabó con Rita-ra calentando el ambiente.
Para acabar el encuentro José Ramón Alarcón nos condujo entre lo lubrico y los urinarios, por el lado oscuro de una poesía-performance de los sumideros. Con una puesta en escena impecable y un texto suyo, recitado de memoria fue la parte mas teatral de la noche, la poética de la sordidez.
Pese a las limitaciones de medios, la escasa difusión del evento, el día desapacible y otras gaitas se completó el acto con una perfecta organización, sin fallos técnicos y buen sonido, un festival muy digno que esperamos todos, se repita.
Una apreciación de mi cosecha, es que el festival hubiera ganado en efectividad si el espacio donde se proyectaban las imágenes y el campo de actuación del poeta-perfomer no hubieran estado tan separados, el ojo del espectador debía optar por uno de los dos focos de visión o hacerlo alternativamente, (en el caso de Magda deslució su actuación) y en los otros distrajo más que focalizó la atención del publico.
Félix Menkar

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