30 de agosto de 2013

Mayo 1968, mito y realidad

(notas desde el siglo veintiuno)



“*Il est interdit d’interdire” (prohibido prohibir).
“L’imagination ave pouvoir” (La imaginación al poder)
“Soyez réalistes, demandez l’imposible” (Seamos realistas, pidamos lo imposible)
(tres graffitis que pasaron a la historia)


Fue un ensayo revolucionario promovido por los candidatos a cierto recambio ideológico, algunos visionarios y muchos espectadores descontentos que con el paso de los años sedimentó en algunos logros y también derivó hacia el liberalismo y la globalización actual.

Fue efímero y sobrevalorado, en cierta forma una mentira muy bien publicitada, un fenómeno mediático con amplia difusión en todo el mundo, con sus ecos más sangrientos en Mexico y Praga. Mayo del 68, como el Che y muchos otros, hoy son hitos históricos, asimilados y rentabilizados intelectual y sociológicamente; mayo del 68: un mito de la clase media.

Esos días –con la guerra de Vietnam y la agitación contracultural norteamericana propicia que unos jóvenes y trabajadores sin agobio ni carencias materiales pero tremendamente aburridas decidieran encender la mecha, intentar unir intelectuales, estudiantes y obreros y añadir elementos nuevos –imaginativos—novedosos en revoluciones anteriores; a posteriori todos han querido atribuirse esa gloria mediática: todos dicen que estuvieron allí, pero solo unos pocos lo hicieron físicamente.

La izquierda europea que surgió de ese movimiento --ahora ya jubilados-- en esos días se desvincularon del socialismo soviético.

Ahora ganan los neo-con, pero Francia está al borde de otra ruptura social mayor que la que se vivía en aquella época, ¿o no?

Ciertos protagonistas, descolgados del oportunismo humano le dieron ese prestigio que aún conserva, estoy pensado en Wilhelm Reich y sus aportaciones en la liberación sexual o Gyu Debor y la sociedad del espectáculo, otros como Marcuse y su radicalismo político, pero muchos de los postulados que se airearon siguen siendo asignaturas pendientes, o se conviertieron en el nuevo santoral de la izquierda asimilada al sistema, con su marca registrada, pero a cierta distancia del “pensamiento único”. Pensemos en las principales reivindicaciones del Mayo del 68, como la igualdad de las mujeres, la aportación de los estudiantes como colectivo, los problemas (hoy otra vez en jaque) de la precariedad laboral o frenar el estado autoritario y el respeto hacia las minorías, todavía son vigentes, seguramente por esa sensación de que las injusticias se pueden cambiar.

Hubo pensadores, encabezados por J.P.Sartre, pero tambien Foucault, Derrida, Baudrillard y otros orbitaron en las cenizas de mayo del 68, hoy son vacas sagradas.

Los situacionistas fueron los más radicales entonces, hoy en día los ‘okupas’ son sus herederos.

Votar contra el otro –bipartidismo—no es esencia democrática. Lo ocurrido en Francia tras mayo del 68 fue la creación de un ESTADO-PADRE, una exagerada protección social, el estado del bienestar. Todo eso se está desmontando desde los noventa.

¿Fue una revuelta libertaria?, solo en parte. En todo caso ahora las revueltas las protagonizan los antisistema y estos no tienen ni idea de lo que fue ese mayo del 68.

             Félix Menkar 2010-2011  
   

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