1 de octubre de 2013

Rearme intelectual en nuestros días o ¿cómo ser progresista en el siglo XXI?


                 “El silencio puede llegar a ser delito”
                                Federico Mayor Zaragoza


Ante la deriva conceptual de nuestro tiempo, que sufre el proceso de sustitución de los valores universales por las leyes del libre mercado y mientras las asimetrías siguen creciendo, sería urgente la aparición de algún tipo de clamor o reacción lo suficientemente intenso como para corregir las negras perspectivas  que se ciernen en el inmediato futuro. Este clamor debería ser recogido a nivel social europeo y serviría para dejar claro que hay alternativas a los procesos arbitrarios, militares, económicos o culturales del viejo sistema norteamericano.
Se hace preciso retomar temas claves a nivel planetario, que se han dejado de abordar como concesión a preceptos o urgencias estratégicas, militares o tecnológicas. Algunos de ellos y muy relevantes podrían ser: las consecuencias colaterales de la globalización, los desequilibrios por la deslocalizaciones, los desafíos del crecimiento desmesurado de China e India y la existencia aún de regímenes dictatoriales que ignoramos por intereses y beneficios económicos.
Podemos seguir sin afrontar estas cuestiones y otras similares, podemos seguir con la desidia criminal de no querer saber cuántos miles de millones de dólares se gasta el primer mundo en fabricar y vender armas para seguir manteniendo una parte del planeta en una guerra continua. Podemos plantearnos ¿a quién pertenece África?, al parecer ahora también son los chinos quienes la estan sangrando o bien donde acaban los ingentes beneficios por la explotación sin limites de los recursos naturales del tercer mundo y a quienes engorda mientras sus poblaciones locales se mueren de hambre.
En ámbitos económicos globales, otra cuestión bien sencilla es ¿por qué no ponemos freno a los paraísos fiscales?, de ese modo limitaríamos el blanqueo de capitales, el tráfico de armas, drogas y la trata humana.
No es con el olvido como abordaremos los problemas actuales sino con la memoria, el reparto de riqueza y la solidaridad.
La sociedad en su conjunto y en especial las instituciones más sensibles, los intelectuales comprometidos, los artistas, las universidades deben caminar hacia un mundo más justo y equilibrado, pedirle a la ONU que represente realmente a sus pueblos no a los intereses de una élite gobernante, exigir que el Banco Mundial, el FMI o la OMC no condenen a la ruina a millones de personas para equilibrar déficits previamente desequilibrados.  
Los inmigrantes subsaharianos vienen y seguirán viniendo a nuestras costas porque nosotros hemos incumplido la promesa de ayudarles en sus propios países y en cambio seguimos empobreciéndoles.
Los desafíos de este siglo serán cada vez más el agua, la energía, la nutrición y la salud y abordarlos también es una tarea global.
Sabemos que las corporaciones multinacionales adolecen de una codicia sin límites y si no tienen bozal, alguien debería ponérselo.
Urge una revolución pacífica, global de la sociedad civil, de militantes en pie de paz, infatigables en la resistencia a favor de una autentica democracia no de este simulacro al que asistimos obligados.


Félix Menkar, noviembre 2006

Nota.- un texto mio del cuaderno "Mecanismos para el diálogo" recuperado y creo aun vigente.

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